CATÁLOGO

Juan José de Austria – 1677

87,00

Figura para montar y pintar
Ref.: 10 – GE
Peso: 250 grs.
Material: Metal blanco
Nº de piezas: 17
Reseña histórica:


Militar y político español (Madrid, 1629-1679). Hijo natural que tuvo Felipe IV de España con la actriz María Calderón -la Calderona-. (LLamado el «segundo» Juan de Austria). Fue criado en secreto, pensando en destinarle a la carrera eclesiástica; pero, por consejo del conde-duque de Olivares, el rey le reconoció en 1642 para suplir la eventual falta de herederos varones. En 1643 fue elevado a la dignidad de príncipe y se le nombró prior de la orden militar de San Juan para los reinos de Castilla y León; sin embargo, el rey rechazó siempre su pretensión de ser legitimado y reconocido como infante.

Empezó a emular las hazañas del primer Juan de Austria con sólo 18 años, cuando fue puesto al mando de la flota enviada a sofocar la revuelta de Nápoles (1647-51). Su crédito aumentó al dirigir el sitio de Barcelona de 1652, que puso fin a la larga guerra de la Corona contra la rebelión de Cataluña, recibiendo el nombramiento de virrey de aquel territorio (1653-56).

Después fue virrey de Flandes (1656-59), tarea en la que obtuvo algunos éxitos frente a los franceses, como el levantamiento del cerco de Valenciennes o la toma de Condé, pero no pudo evitar la pérdida de Dunkerque. Por último, Felipe IV le puso al mando del ejército español que intentaba recuperar el control de Portugal, tarea en la que fracasó (1661-64).

Desde la muerte de Felipe IV (1665) cambió la actividad militar por la política cortesana. A la vista de los problemas sucesorios y de la debilidad en que estuvo la Corona durante el reinado de su hermanastro Carlos II, don Juan de Austria se esforzó por lograr una legitimación que le facilitara el acceso a la gobernación de la Monarquía. Incluso planeó casarse con una hija del rey difunto y alarmó a la rama austriaca de la Casa de Habsburgo con sus poco disimuladas aspiraciones al Trono.

La lucha por el poder le enfrentó a la reina gobernadora Mariana de Austria y a su valido, el jesuita austriaco Nithard. Éstos intentaron apartarle destinándole a Flandes para contener un nuevo ataque francés; pero rechazó el nombramiento (1668). En aquel mismo año fue desterrado al descubrirse su implicación en un complot contra Nithard; antes de ser detenido, huyó a Cataluña y se puso al frente de una fuerza armada, con la que marchó hacia Madrid, forzando la caída de Nithard (1669). No obstante, no se atrevió a atacar la capital y vio cómo el poder quedaba en manos de un nuevo valido, Valenzuela; eludió como pudo nuevos intentos de la reina por alejarle de España destinándole a Flandes (1670) y a Nápoles (1675).

En 1675 regresó fugazmente a Madrid, al cumplir Carlos II la mayoría de edad y llamarle para que le prestara juramento con honores de infante, en una tensa lucha del joven rey para librarse de la regencia de su madre y del poder de Valenzuela; pero fue alejado de la corte enseguida por influencia de la reina madre. Fue la presión de los grandes de España y de los militares la que logró su rehabilitación después de la caída de Valenzuela (1676). Desde que en 1677 se instaló en la corte, dirigió el gobierno de la Monarquía, hasta su muerte. En esos tres años, aparte de ajustar cuentas vengándose de la reina madre y de Valenzuela (al que desterró a Filipinas), sólo cabe destacar la Paz de Nimega (1678), por la que España cedió a Francia amplios territorios.

La figura viste el uniforme correspondiente a los Generales en esa época. Las divisas continuaron siendo la faja de seda carmesí que llevaban, ahora, anudada a la cintura con grandes lazadas y con los mismos flecos y bordados en los extremos, continuando también con el bastón de mando, corto y con remates de oro; las grandes plumas que antes lucían en cascos y sombreros son sustituidas ahora por un plumaje que bordea los nuevos sombreros de estilo francés. Como nueva distinción aparecen en este reinado los bordados en los cantos de las casacas y vueltas de ésta y también en las costuras de la prenda. Conservaron, como reminiscencia de las antiguas armaduras, el coselete, pero llevado, generalmente, debajo de la misma.

 


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